El Parque Natural Bahía de Cádiz es una joya biológica en medio de un entorno hostil. Este particular mosaico de esteras, cañas, pinares, fragmentos de marisma virgen y playas de dunas sobrevive milagrosamente de espaldas a un cinturón industrial y núcleos urbanos. Su complejo universo ecológico palpita a la sombra de la entrañable ciudad de Cádiz, inmerso en una atmósfera de marcado talante metropolitano.
Crisol de razas y culturas, ha conseguido resistirse a los embates del hombre y del tiempo tras milenios de intensa ocupación. Hace tres mil años que los Tartessos, la civilización más antigua de occidente, ocupaban la desembocadura del Guadalquivir. Posteriormente fueron los fenicios llegados de oriente los que instalaron allí la colonia comercial de Gades, ascendiente milenario de la actual capital gaditana.
Qué ver en el Parque Natural Bahía de Cádiz
Patrimonio del Parque Natural Bahía de Cádiz
El Parque Natural Bahía de Cádiz se extiende ocupando parte de los municipios de El Puerto de Santa María, Puerto Real, San Fernando, Cádiz y Chiclana de la Frontera. En la zona occidental como espacio protegido desde el año 1989 y en la oriental albergando dos zonas de protección especial, catalogadas como Parajes Naturales: la Isla del Trocadero, con 525 hectáreas de superficie, y las Marismas de Sancti Petri con 170 hectáreas. Ambas tienen el acceso restringido y requieren la obtención de un permiso para visitarlas.
En sus costas también hierve la vida con la riqueza y variedad de unos recursos pesqueros y marisqueros que han marcado la cultura, las tradiciones, las costumbres y la historia de sus gentes.
El río Guadalete en tiempos ancestrales excavó en la costa un amplio estuario y con la ayuda del Atlántico protagonizó el proceso geológico que dio origen a la Bahía de Cádiz. Su serpenteante cauce atraviesa toda la superficie de marismas y salinas en compañía del río San Pedro, el caño de Sancti Petri (médula espinal de las salinas gaditanas), el caño de la Merced o el caño del Águila. La acción erosiva de esta red fluvial y del intenso oleaje que sacude su litoral forjó sus playas, arenales y dunas.
De clima templado y escasas precipitaciones, recibe la visita veraniega tanto de los vientos frescos y húmedos de levante como de los cálidos y secos de poniente que llegan del norte de África.
Paisajes del Parque Natural Bahía de Cádiz
El caño de Sancti Petri, surca el Parque Natural Bahía de Cádiz y evacua sus aguas hacia la Bahía de Cádiz y hacia el Atlántico. Cuando la marea crece es posible remontar su curso desde el Club Náutico de Sancti Petri en Chiclana de la Frontera a lo largo de unos 18 kilómetros. Al poco de emprender la ruta aparece por su margen derecho todo el esplendor del Paraje Natural de la Marisma de Sancti Petri. A continuación, fluyen en forma de laberinto los numerosos caños secundarios que reciben sus aguas y salinas. Desde la Punta del Boquerón, extremo de la barra arenosa que cierra parcialmente el caño de Sancti Petri, se divisa una bella panorámica del castillo de Sancti Petri. Se asienta sobre un islote y cuando la marea está alta parece emerger del mar, aunque en bajamar es posible acceder a él a través de una lengua de arena.
Otro de sus encantos es el maravilloso Pinar de La Algaida, una masa forestal rodeada de pastizales en las inmediaciones de Puerto Real, El Puerto de Santa María y Cádiz. En pletórico estado de conservación.
Las Marismas de los Toruños encierran todo el sabor del paisaje marismeño en estado puro. Cuando la marea azota con fuerza resulta espectacular ver como su tierra firme desaparece ante nuestros ojos y queda totalmente cubierta por una lámina líquida. A través de ella entramos en la hermosa playa de Levante que alberga 4 kilómetros de litoral semi-virgen, con dunas de arena rubia, desde donde se obtiene una panorámica de la totalidad de la Bahía de Cádiz. Otras preciosas y extensas playas son la playa de Camposoto o playa del Castillo, enmarcada por un cordón de dunas, así como la playa de la Cachucha y la playa del Río San Pedro.
Flora del Parque Natural Bahía de Cádiz
En lo que respecta a la vegetación, en el Parque Natural Bahía de Cádiz podemos apreciar una sucesión ecológica de los ecosistemas marinos a los terrestres. Entre los diferentes ecosistemas encontramos los siguientes tipos de vegetación yendo de marino a terrestre.
Las planicies intermareales están repletas de especies muy productivas que permitan un rápido crecimiento vegetal. Aquí encontramos praderas de broza y algas como la breza y la lechugueta.
Para las marismas encontramos tres subdivisiones en marisma baja, media y alta. En la primera destaca la espartina y conforme aumenta la altitud se encuentra el armajo, el alga predominante es el pelillo. En la marisma media destaca el armajo. Y en la marisma alta destaca también el armajo y otras especies como el salado, el martavacas o el saladillo.
En las salinas podemos encontrar especies ruderales y otros tipos de suelos salinos en su fase terminal.
El ecotono marisma-dunas supone el cambio de ecosistema marino a terrestre. En este tipo de ecosistema encontramos especies como rostraria, cebadilla, cola de zorro y estrella; en la zona de matorral más disperso encontramos jacinto estrellado, cebolla albarrana y cebollinos; en las isletas se frecuenta la retama y la bufalaga; y, por último en las áreas próximas a las carreteras se encuentran especies ruderales como el taraje.
En las playas y sistemas dunares encontramos gramíneas al principio. Conforme nos vamos adentrando en las dunas encontramos el cardo marino y el cuernecillo de mar, y ya en las dunas secundarias predomina manzanilla, asso y retama.
La influencia marina apenas se deja sentir sobre los pinares que tapizan algunos rincones del Parque Natural Bahía de Cádiz. Estos pinares están representados por el pino piñonero de copa redondeada, el lentisco, la bufalaga y la retama.
Fauna del Parque Natural Bahía de Cádiz
Es la primera área de España en reproducción de aves laro-limícolas y ha sido catalogado como Humedal de Importancia Internacional y Zona de Especial Protección para las Aves. Este rango se logra cuando la concentración de aves alcanza el 1% de su dotación mundial y el Parque Natural Bahía de Cádiz congrega a más de 30.000 ejemplares de la invernada atlántico-oriental.
Su carácter marino está representado por aquellas zonas de la Bahía de Cádiz que permanecen ocupadas por las aguas de forma permanente. Como consecuencia de las constantes descargas fluviales, se muestran turbias pero depositarias de una elevada productividad biológica. En sus fondos abundan moluscos como las cañadillas o el caracol marino y un sinnúmero de peces.
Las planicies fangosas, conocidas como la Isla Verde, aderezan otro hábitat bien diferenciado donde los flujos de la marea someten su fisonomía a constantes períodos de inmersión y emersión a lo largo del día.
Los caños, cuyo caudal fluctúa al son de las mareas, surcan tanto las marismas como las zonas transformadas en salinas y en ellos los moluscos, crustáceos, peces e invertebrados. Las marismas aparecen dispersas en forma de franjas estrechas enmarcadas entre las cañas y las salinas o entre éstas y las planicies fangosas. Las más esplendorosas y vírgenes son las Marismas de la Isla del Trocadero, las Marismas de Sancti Petri y las Marismas de Los Bruños.
Muchas de las antiguas salinas gaditanas cayeron en desuso y han sida recicladas como criaderos industriales de peces. La piscifactoría de la salina de San Juan Bautista y la planta de engorde de alevines de la salina de El Palmar dan buena cuenta de esta saludable actividad acuicultora en la zona.
Actividades del Parque Natural Bahía de Cádiz
Los centros de información salpican el Parque Natural Bahía de Cádiz acogiendo al visitante en puntos estratégicos de cada uno de los municipios implicados: Las Bruñas en El Puerto de Santa María, el río San Pedro, el caño de la Cortadura en Puerto Real, la salina de El Carmen de Bartivás en Chiclana de la Frontera, y el río Arillo en Cádiz y San Fernando. Esta última ciudad cuenta además con un jardín botánico de una hectárea y media que permite el acercamiento pedagógico a la flora autóctona y a especies procedentes de América. Como actividad complementaria se dan a conocer técnicas autóctonas de cultivo, jardinería y aclimatación.
Navegar a vela por este paraíso es la mejor forma de saborearlo. La dirección del Parque Natural Bahía de Cádiz y el Aula del Mar de la Diputación de Cádiz han diseñado una visita guiada a las Marismas de Taruña a bordo de ligeros veleros deportivos.
Otra interesante ruta, aunque esta vez a pie, transita por el tramo comprendido entre el inicio de la playa de Camposoto y la salina de San Nicolás, en San Fernando.
Los amantes del ecoturismo están de suerte ante la variada oferta de actividades que giran en torno al Parque Natural Bahía de Cádiz. Chiclana de la Frontera y Puerto Real cuentan con una nutrida red de cañadas y caminos rurales muy idóneos para el cicloturismo. La capital gaditana es consciente de sus tesoros ecológicos y brinda al forastero la posibilidad de practicar todo tipo de deportes náuticos, iniciación a la vela y submarinismo, junto con rutas a caballo, diurnas y nocturnas por bellos parajes y playas, conferencias y cursillos de repoblación con especies autóctonas.
Los cascos antiguos de todas las ciudades que rodean al Parque Natural Bahía de Cádiz bien merecen una visita, y descubrir su exquisita mesa con sus pescados frescos y unos maravillosos caldos.
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