El municipio de Atajate, con 11 km2 y a 745 metros de altitud sobre el nivel del mar, se extiende entre el Valle del Guadiaro y el Valle del Genal, junto a la carretera que une Ronda y Algeciras. Se sitúa al oeste de la provincia de Málaga, integrado en la comarca de la Serranía de Ronda.
El término municipal de Atajate limita con otros municipios dentro de la provincia de Málaga. Entre ellos podrás encontrar Alpandeire al noreste y este, Benadalid al sur y Jimera de Líbar al oeste y noroeste.
El paisaje de Atajate está conformado por campos de olivar, cereal y viñedos que conviven con bosquetes de encinas, alcornoques y matorral, cubriendo las zonas más bajas de los relieves.
El pueblo de Atajate se encuentra en una suave vaguada abierta al Valle del Genal, entre el pico de Peñas Blancas, de 1076 metros, y el Cerro del Cuervo, de 782 metros. Dista 18 km de Ronda y 141 km de Málaga, y en él destaca la homogeneidad de sus casas, la cual solo se rompe por la altura de la iglesia. Se distribuye en torno a dos elementos principales: la plaza, en la que se ubica el Ayuntamiento y la Cruz de Piedra, y la carretera, como calle principal.
Qué hacer y qué ver en Atajate
Historia de Atajate
Los primeros restos de asentamientos humanos en el término municipal de Atajate corresponden a fragmentos de hachas prehistóricas hallados en el interior de algunas cuevas del entorno. El territorio del Valle del Genal pudo suponer un lugar ideal para los antepasados prehistóricos, dándole la oportunidad de poder recolectar y cazar, así como brindando la opción de refugiarse en cavernas o abrigos.
También se han encontrado en la zona de Atajate, monedas y restos cerámicos correspondientes a la época romana. Esto es consecuencia a las ciudades de Acinipo y Lacipo, entre otras, que se encontraban cercanas a lo que hoy es Atajate.
No obstante, fue en la época de dominación árabe cuando se crea el primer núcleo urbano en el territorio de Atajate, ubicado entonces en el Cerro del Cuervo. El origen del nombre de Atajate viene de esta época, cuando se llamaba al-Tasas.
En 1496, tras la reconquista por parte de los Reyes Católicos, Atajate fue cedido al príncipe Don Juan y en el año 1570 tuvo un papel importante en las luchas entre la población cristiana y nazarí, en las cuales resultaron quemadas algunas casas y la iglesia dañada.
Durante la Guerra de la Independencia, en el siglo XIX, el pueblo de Atajate fue destruido por las tropas napoleónicas y posteriormente se convirtió en refugio de bandoleros. En este mismo siglo se construyó su hermosa iglesia parroquial. Coincidiendo con el fin de siglo se produjo la ruina en el municipio cuyo principal sustento era la vid, debido a la epidemia de la filoxera que acabó con los viñedos en Atajate y de toda la provincia de Málaga. Cerraron los alambiques, lugar donde se fabricaba el aguardiente, cuyo número era superior a veinte. Todavía son muchos los estanques que quedan en los sótanos de algunas casas.
Hoy en día, Atajate basa su economía en la agricultura y entre sus productos destacan el aceite, el mosto, los palmitos, los higos, las almendras, el queso de almendras y el licor de cereza.
Qué ver en Atajate
El pueblo de Atajate es un típico pueblo blanco de tradición andaluza con casas de piedra, ladrillo y cal bajo cubiertas de teja árabe que se concentran en pequeñas calles que van a parar a la calle principal. Dentro de su estructura urbana puedes encontrar ciertos elementos de su patrimonio cultural que merece la pena ver.
En la plaza principal de Atajate se encuentra la Cruz de Piedra, construida en piedra caliza correspondiente a la sierra de Atajate. Es una de las construcciones más antiguas del pueblo y se piensa que fue levantada tras la expulsión de los moriscos, pero, aún desconociendo la fecha exacta de su levantamiento, se conoce que ya estaba construida a mediados del siglo XVII.
El Barrio Alto, que recibe este nombre debido a la orografía de su terreno con las calles más altas de Atajate, es el más antiguo del pueblo, ya que antiguamente se utilizaban lugares altos como estrategia militar. En este barrio encontrarás la Fuente de Barrio Alto adornada con flores y construida en 1966 donde antiguamente se ubicaba un tajo.
Construida en el siglo XVIII y reconstruida en el XIX podrás ver la Iglesia de San José. Su interior está dividido en tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares. El exterior presenta una sencilla portada barroca con frontón curvo partido, cuyos brazos apuntan a una hornacina y una torre de planta cuadrada, con un último cuerpo ochavado rematado en un tejadillo piramidal cubierto de cerámica y teja roja. En la Guerra Civil sufrió daños, perdiéndose así gran parte del patrimonio sacro de Atajate.
Según cuenta una leyenda, en 1932 se construyó el Lavadero Público o el Pozancón, como es conocido en Atajate. Representa un símbolo arquitectónico para el municipio en el que se han utilizado las técnicas y los materiales de la zona. Esta construcción constituyó un gran avance en la época, así como un centro social utilizado como un lugar de reunión por las mujeres de Atajate.
También, dando un paseo por las calles del pueblo, podrás encontrar distintos murales cerámicos que muestran fragmentos de tradición, etnografía e historia de Atajate y el Valle del Genal.
Por último pero no menos importante, el ayuntamiento de Atajate ha llevado a cabo un proyecto llamado “Atajate con nombre de mujer”. Con este proyecto se pretende dar visibilidad a la mujer rural del municipio, y para ello se han colocado en las distintas viviendas una placa de cerámica con el nombre de mujeres vinculadas a las familias de cada casa, como el de la abuela, bisabuela, madre, tía, etc. rindiendo de esta forma un homenaje y permitiendo que sus nombres permanezcan en la historia de Atajate. Un total de 200 placas son las que adornan las calles del pueblo, recordando la importancia de estas mujeres que desempeñaron un papel fundamental en el ámbito rural.
Qué hacer en Atajate
El municipio de Atajate se encuentra en un entorno privilegiado, con unos parajes idílicos que corresponden al Valle del Genal, donde podrás disfrutar de diversos lugares donde poder apreciar el paisaje, descansar o compartir un agradable picnic.
No obstante, antes de que comiences a explorar el entorno natural de Atajate, podrás visitar el Museo del Mosto, donde aprender sobre los elementos relacionados con la cultura vinícola, desde los procesos en el campo hasta la obtención del mosto, el primer vino que se extrae de la vendimia. El mosto es más que un producto característico de Atajate, para muchos de sus habitantes representa, desde la época moderna, el sustento principal de sus ingresos.
Podrás completar la visita al museo pasando a explorar el entorno natural de Atajate a través de una ruta de senderismo muy representativa para completar tu aprendizaje respecto al mosto. Se trata de la Ruta Paseo del Mosto, una ruta circular de dificultad baja, un recorrido de 900 metros y veinte minutos de duración. En el transcurso pasarás bordeando el Cerro del Cuervo y podrás apreciar unas bonitas vistas del Valle del Genal.
Pero esta no es la única ruta de senderismo que podrás encontrar en Atajate, existen otras rutas como la Ruta Fray Leopoldo, que no es más que el camino que realizaba Fray Leopoldo cuando visitaba su pueblo natal, Alpandeire. Él llegaba a la Estación de Jimera de Líbar desde Granada para dirigirse hacia Jimera de Líbar, desde aquí se trasladaba hasta Atajate y, a través del arroyo Audalazar, llegaba a Alpandeire. Se trata de una ruta lineal con una extensión de unos 12,5 km, una dificultad medio-alta y una duración estimada de cinco horas.
También terminando en Alpandeire puedes realizar el Sendero Atajate – Alpandeire PR-A 229, homologado por la Federación Andaluza de Montañismo. Es una ruta lineal de 5,6 km, un nivel de dificultad medio y una duración aproximada de dos horas. En el itinerario podrás comprobar varios paisajes bien diferenciados, uno más agreste en el que bajas desde Atajate al arroyo Audalazar, otro en el entorno del arroyo con una vegetación de ribera propia de estos ecosistemas y otro en el último tramo hasta Alpandeire con un bosque de castaños, encinas, alcornoques, quejigos y acebuches.
Otra ruta con la que podrás visitar otro municipio es el Sendero Atajate – Benadalid PR-A 235, que va desde el pueblo de Atajate hasta Benadalid, comenzando en Calle Nueva y acabando en la Venta El Paisaje. En esta ruta podrás apreciar castaños, cerezos, olivos, encinas, higueras, viñedos y arbustos como zarzamoras y endrinos. Cuenta con 11 km de ida, una dificultad media y una duración estimada de tres horas.
La última ruta de senderismo recomendable para que realices en Atajate es el Sendero Atajate – Jimera de Líbar PR-A 258, que, partiendo también desde Calle Nueva, te llevará hasta Jimera de Líbar. Es una ruta lineal de 4,5 km, una dificultad media y una duración aproximada de una hora y media.
En los aledaños de Atajate se encuentran unos restos de cavernas que se conocen como Los Tajos. En este lugar se han encontrado restos de hachas pertenecientes a los primeros asentamientos humanos en el municipio. Es un paraje de singular belleza ya que existe un laberinto de formaciones rocosas cubiertas de un espeso matorral, conocido como el Torcal de Atajate. Desde la cumbre se domina una impresionante panorámica de la Serranía de Ronda y del Valle del Genal. En medio de Los Tajos hay varias simas muy profundas, que fueron exploradas hace algunos años por espeleólogos.
Además, en el precioso entorno que rodea Atajate podrás encontrar bosquetes espesos de pino negral y repoblaciones con pino de Monterrey, así como algún que otro grupo de encinas entre la frondosidad de la sierra. Alcornoques, jaras y brezos también son propios de esta zona. Por otra parte, entre la vegetación de ribera conviven mamíferos como el corzo, el ciervo, el erizo europeo occidental, el tejón y la comadreja.
Para potenciar el turismo activo en Atajate, existe una vía ferrata que incluye en su recorrido un puente de mono y un puente tibetano. El punto más difícil es al principio de la vía con un pequeño extraplomo. La vía se encuentra a la entrada del pueblo de Atajate. También existe una tirolina de 300 metros.
Finalmente, el municipio de Atajate cuenta con una pista polideportiva y una piscina municipal para uso estival.
Fiestas tradicionales y celebraciones de Atajate
En Atajate podrás disfrutar de la tradición y la cultura de un pueblo de la Serranía de Ronda a través de algunas celebraciones que se reparten a lo largo del año.
En los meses de marzo o abril, dependiendo del año y coincidiendo con la Semana Santa, tienen lugar las Fiestas de Moros y Cristianos.
A mitad de agosto, en los días previos y posteriores al día 16, se celebran las Fiestas de San Roque y se organizan diferentes actividades deportivas, degustaciones gastronómicas, actos religiosos y verbena con música en directo, en los que participa todo el pueblo de Atajate. En estas fiestas cabe destacar la famosa Fiesta del Agua, donde jóvenes y menos jóvenes ataviados con cubas de agua, mojan a todo el que se encuentre.
El 8 de septiembre se celebra el Día de la Patrona de Atajate.
Por último, el último sábado de noviembre se celebra la Fiesta del Mosto, catalogada como Fiesta de Interés Turístico Provincial y en la que se pretende poner en valor la calidad del vino que se produce en estas tierras. En ella se ofrecen degustaciones de este rico mosto, así como migas y otros productos de la tierra a todos los visitantes, todo ello en un ambiente festivo.
Gastronomía y artesanía de Atajate
La gastronomía de Atajate, al igual que la de la mayoría de municipios de la Serranía de Ronda, se basa fundamentalmente en los productos del terreno dependiendo de la estacionalidad. Por ejemplo, la primavera es tiempo de guisos con hierbas silvestres como tagarninas, collejas o espárragos trigueros.
Durante todo el año podrás degustar ollas serranas, potajes de garbanzos, potajes de lentejas, guisos de conejo y una amplia gama de platos y embutidos procedentes del cerdo. Sin embargo, los platos más destacables de Atajate son las migas, el gazpacho caliente, las tortillas de bacalao, la cazuela de patatas y las gachas.
Además, Atajate tiene gran fama en la provincia por su repostería, recordando en cierta medida a la tradición morisca. Esta se compone principalmente de harina de trigo, azúcar y aceite de oliva, combinándolo con canela, matalahúva y ajonjolí, acompañándose en ciertas ocasiones con almendras. De estos productos salen exquisitos dulces caseros como los mantecados, las magdalenas, el queso de almendras, los suspiros, los borrachuelos, los rosquillos, los mostachones y los enreaíllos.
Dentro de las bebidas es muy representativo el mosto, nombrado anteriormente. Este es una seña de identidad de Atajate.
Por otro lado, en Atajate podrás encontrar especialistas artesanos que tejen con varas naturales preciosas cestas y alpargatas. Entre las actividades más comunes están trabajos como la alpargatería, la vareta de olivo y la pleita de esparto.
Las alpargatas son muy comunes y ya se ha convertido en símbolo de Atajate, siendo colgadas versiones en miniatura en el retrovisor interior de los coches.
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