Casas Rurales en Frigiliana

El municipio de Frigiliana con 40 km² de extensión, está situado en la vertiente sur de la Sierra de Almijara y al este de la comarca de La Axarquía y al este de la provincia de Málaga, en Andalucía. Limita al norte y al oeste con el municipio de Cómpeta, al oeste con el de Torrox y al sur y este con Nerja. El núcleo de población de Frigiliana está ubicado a 350 m sobre el nivel del mar y a 6 Km escasos de Nerja, posiblemente sea uno de los pueblos más bellos de toda la comarca de La Axarquía, desde él se tiene una panorámica única de la costa. A tan solo 50 km al oeste se encuentra la ciudad de Málaga y en un paseo de poco más de hora y media, podríamos visitar la capital granadina.

Además, Frigiliana forma parte de la llamada Ruta del Sol y del Vino. Alojarse en alguna de las casas rurales en Frigiliana y dar un paseo en coche desde Frigiliana a Torrox por la Loma del Pedregal es un auténtico sueño, tendrás ocasión de obtener unas panorámicas tanto del pueblo, como de la sierra y en general, del valle donde se ubica y la costa, únicas.

El relieve de Frigiliana, bastante abrupto por el norte, es la antesala de la Sierra de Almijara, destacan puntos como la Sierra de Enmedio (1.171m) y El Fuerte (976 m). A medida que nos desplazamos hacia el sur, las verdes huertas escalonadas de subtropicales inician el descenso hasta el litoral, contrastando con el azul del Mediterráneo. Sus tierras son bañadas por los ríos Chillar, que las surcan por el Este, sirviendo de límite natural con el municipio de Nerja y originando bellas cascadas, desfiladeros y encajonamientos muy apropiadas para los amantes del barranquismo, y su afluente el Higuerón que las cruza por el centro de norte a sur, dejando a su paso hermosos parajes como las Hoces del Río Higuerón, de enorme valor paisajístico.

Frigiliana registra un índice pluviométrico anual en torno a 600 l/m2 y la temperatura media es de 18º C.

El censo de población de Frigiliana lo forman unos 2.600 habitantes.

El término municipal de Frigiliana fue ocupado ya en tiempos prehistóricos, como muestran los restos arqueológicos hallados en la Cueva de los Murciélagos, los cuales ponen de manifiesto la presencia del hombre en este territorio desde finales del Neolítico (3.000 años a.C.) hasta la Edad del Cobre (2.000 años a.C.). También la presencia de un menhir y una necrópolis situada en el Cerrillo de las Sombras, muy cerca del casco urbano, atestiguan la presencia humana por estas tierras durante la época fenicia (siglos VII-VI a.C.).

Posteriormente, fueron los romanos los que la ocuparon hacia el siglo II a.C. estableciendo pactos con la población autóctona, quedando Frigiliana incluida en el Conventus de Gades. De los romanos procede el nombre de la villa, que deriva de Frexinius (personaje romano) que con el sufijo ana (procedencia), venía a significar lugar o villa de Frexinius.

Fue el periodo de ocupación árabe el que impregnó a Frigiliana de su actual legado morisco, es el exponente mejor conservado con el intrincado trazado de calles, callejones, pasadizos cubiertos y escaleras de toda La Axarquía. Y es que, desde la llegada de los árabes a la península en el año 711 hasta la rendición a las tropas cristianas en 1.485 vivió bajo el dominio de esta cultura, en el siglo IX se construyó la fortaleza (hoy desaparecida), estuvo bajo el liderazgo de Omar Ben Hafsun, y durante los siglos XIII-XV formó parte del reino nazarí.

Tras la ocupación cristiana y después de la publicación de la Real Pragmática de Felipe II, los moriscos fueron desposeídos de los escasos derechos que tenían, hasta que estalló la rebelión en 1.569, los moriscos de la Axarquía y de los Montes de Málaga, a la espera de la ayuda prometida por Aben Humeya desde las Alpujarras granadinas y también del norte de África, se refugiaron en El Fuerte de Frigiliana, donde se reunieron en torno 7.000. En este lugar se libró una cruel y sangrienta batalla entre moros y cristianos donde hubo más de 2.500 bajas entre vencedores y vencidos, conocida como la batalla del peñón de Frigiliana. El relato de esos días, así como la expulsión final de los moriscos en toda la zona se puede leer en los doce paneles cerámicos repartidos por el casco antiguo de la Villa. (Creación realizada por la ceramista Amparo Ruiz de Luna y la pintora sobre vidrio Pilar García Millán).

En el siglo XVII, Frigiliana obtiene el título de Villa bajo el reinado de Felipe IV. A mediados del siglo XIX, contaba con más de 3.000 censados. Sin embargo, las epidemias de fiebre amarilla, el terremoto de 1.884 y la plaga de la filoxera, diezmaron este número hasta bien entrado el siglo XX, y no sería hasta la llegada del turismo cuando el municipio alcanzara una mayor prosperidad.

Del patrimonio histórico de Frigiliana, destacan su casco antiguo, considerado el casco urbano de origen árabe con la estructura más pura de cuantas existen en la provincia de Málaga. El trazado sigue un eje con calles estrechas perpendiculares o paralelas que se comunican por pasadizos cubiertos, algunos escalonados, otros estaban dotados de puertas que se cerraban aislando unas zonas de otras para reforzar la defensa de la población. El Real Silo de los antiguos pósitos, situado al comienzo del casco antiguo y construido en 1767. El Palacio de los Condes de Frigiliana, construido en siglo XVI y posteriormente convertido en ingenio para la fabricación de azúcar de caña. La Iglesia parroquial de San Antonio, construida en la segunda mitad del siglo XVII y reformada un siglo más tarde. La Ermita del Ecce Homo, construida en el siglo XVIII.

De las fiestas, tradiciones y actividades culturales que podrás disfrutar en Frigiliana, destacan las Cruces de Mayo, el 20 de enero, San Sebastián, el 13 de Junio, San Antonio, la feria de Frigiliana que se celebra en honor a su Patrono y se prolongan durante cinco días.

Son platos típicos de la gastronomía de Frigiliana el choto con salsa de almendras o al ajillo; el potaje de hinojos; el potaje de garbanzos con verdura y bacalao; las tortillas de huevo y harina mojadas en miel de caña; las migas de pan y harina de maíz acompañadas de pescado fresco, hortalizas, chorizo y morcilla. En repostería, la arropía y las marcochas elaboradas artesanalmente a base de miel de caña. Postres como las batatas con miel.

Estos platos llevan, muchos de ellos, como base el aceite de oliva o la miel de caña, de producción propia en la zona; y acompañados con sus exquisitos vinos del terreno, tanto secos como dulces, producidos en lagares particulares.

En el pueblo de Frigiliana se elaboran objetos de cerámica, espadas de vareta de olivo, azulejos o vidrio pintado. También se puede adquirir el vino del terreno.